Danza Moderna

Niveles y horarios

Iniciación a la danza:

De 4 a 6 años

  • Martes de 17:30 a 18:30 h.

Grado elemental:

De 7 a 10 años

  • Miércoles de 17:15 a 18:25 h.

Grado medio:

De 10 a 11 años

  • Jueves de 17:30 a 19:00 h.

Grado avanzado:

De 12 a 15 años

  • Viernes de 17:30 a 18:30 h.

Grado superior:

A partir de los 16 años

  • Lunes de 19:15 a 20:45 h.

Beneficios de la danza moderna

Psicomotricidad

Moverse al ritmo de la música puede parecer fácil, pero es más complicado de lo que parece. ‘Fundir’ el cuerpo con la música y controlar los movimientos hará que se consigan aumentar los niveles de psicomotricidad.

Ejercicio físico

Con todos los bailes se mejora la calidad del cuerpo y la forma física, pero los bailes modernos, al moverse mucho más rápido, contribuyen a mantener una salud óptima y además de desarrollar un gusto hacia el deporte.

Trabajo en equipo

Aunque esto también sucede con los bailes clásicos, en disciplinas modernas el trabajo en equipo o en pareja está más presente. Se aprende a trabajar en comunidad a ritmo de la música en perfecta sintonía.

Historia de la danza moderna

De acuerdo con los historiadores, la danza moderna tiene dos lugares de nacimiento: Europa (Alemania específicamente) y los Estados Unidos de América. Aunque evoluciona como una forma de danza escénica, no tiene raíces directas en compañías, escuelas o artistas provenientes del mundo de la danza clásica europea (el ballet). La danza moderna emerge como una consecuencia de su época, por su propia cuenta y al margen de instituciones académicas.

La historia de la danza moderna considera a François Delsarte (Francia, 1811 – 1871) como uno de sus precursores porque él desarrolla una teoría sobre la relación entre el movimiento de los seres humanos y sus emociones.

Sus investigaciones lo llevan a concluir que para cada emoción humana o imagen mental corresponde un movimiento, o por lo menos una intención de éste. Este precepto impulsa uno de los componentes ideológicos principales de la danza moderna en sus orígenes: “las emociones y su intensidad son la causa del movimiento y de su calidad”. En otras palabras, la fuente de la danza se encuentra en el interior del/la bailarín/a, y no fuera de él/ella como los gestos codificados que propone la danza clásica (el ballet).

Algunos de los aportes a la danza más reconocidos de Delsarte, son:

  • Elaboración de un nuevo código gestual, completamente independiente del de la tradición de la danza clásica.

  • Estudio y codificación de un sistema lógico acerca de las relaciones entre las diferentes partes del cuerpo, los tipos de movimiento y las emociones.

  • Creación de un sistema para el estudio, análisis y enseñanza del movimiento.

  • Invención de la noción fundamental acerca de la expresividad del gesto.

  • Introducción de la importancia del cuerpo superior (tronco, brazos, rostro) como el vehículo de la expresión del alma.

Steele MacKay, quien fue discípula de Delsarte, difunde su teoría y enseñanzas en los Estados Unidos de América, dejando su influencia en varias figuras de la historia de la danza moderna como Ruth Saint Denis, Ted Shawn e Isadora Duncan, entre otras.

Émile Jaques Dalcroze (Austria, 1865 – Suiza, 1950) fue pianista y director musical. Es importante para la historia de la danza moderna porque desarrolla una nueva mirada sobre el movimiento llamada “Rítmica” o “Eurrítmica”. Su mayor aporte es el trabajo sobre la relación entre la música y el movimiento. Según él, el cuerpo expresa un grado de ‘musicalidad’ que puede ser estudiado y enseñado.

Dalcroze no planeaba aplicar sus descubrimientos sobre bailarines, sino sobre músicos. Sin embargo, su método de enseñanza tiene tanto éxito en Europa, que llega hasta algunas de las figuras más importantes de la época, como V. Nijinsky (a través de Marie Rambert), Mary Wigman y Rudolph Laban.

Estos son algunos de los aportes más reconocidos de Dalcroze:

  • Introducción de la noción de relación entre el movimiento y el ritmo.
  • Creación de un método original para la educación a través del movimiento.
  • Algunos de sus principios esenciales: los bloqueos corporales son causados por bloqueos rítmicos; la relajación es indispensable para lograr el movimiento correcto; la respiración es crucial para obtener la relajación y es el movimiento rítmico fundamental.

El método de Dalcroze también deja su influencia en los Estados Unidos de América gracias a la discípula de Mary Wigman, Hanya Holm.

    Entre las personalidades que producen las bases conceptuales e ideológicas de la danza moderna, Rudolf Laban (Hungría, 1879 – Reino Unido, 1958) es considerado como uno de los más productivos. Como coreógrafo, bailarín, profesor e investigador, logra difundir su nombre e ideas ampliamente: primero en Europa, luego hacia los Estados Unidos y finalmente hacia todo el planeta.

    Laban publica varios artículos y libros reconocidos que siguen siendo aún referencias importantes para la teoría y la historia de la danza. Algunos de sus títulos son: “La Coréutica”, “La Maestría del Movimiento” y “Danza Educativa Moderna”.

    También inventa la labanotación (o Cinetografía Laban), un sistema para analizar y escribir el movimiento, considerado el más completo y efectivo creado hasta el momento, cuyo pensamiento incluye la idea de que el movimiento humano es la base de la vida y que éste expresa el estado de la sociedad. Por lo tanto, según él, la danza debería ser considerada como una necesidad de la experiencia comunitaria. Cree que educar individuos y grupos a través del movimiento puede corregir a la sociedad.

    Laban influencia a Mary Wigman, Kurt Joos, Albert Knust y a casi todos los bailarines modernos de Europa en el período entreguerras y Anne Hutchinson Guest lleva su sistema a los Estados Unidos, donde es enseñado hoy en día en muchas instituciones de educación superior en danza.

    Desde una perspectiva coreográfica y de producción estética, Mary Wigman (Alemania, 1886 – 1973) es, junto a Laban, la figura más importante de la danza moderna Europea.

    Al igual que Laban, Dalcroze y Delsarte (quienes son de extrema importancia principalmente por sus contribuciones ideológicas), desarrolla su propia manera de comprender la danza, opuesta radicalmente a los valores y métodos de la danza clásica, y la traduce en una cantidad significativa de obras coreográficas en la búsqueda de una danza que cumpla una función expresiva del alma del bailarín.

    Interesada por una relación cercana entre la espiritualidad y el movimiento, defiende la idea de la existencia de fuerzas invisibles que le dan vida a la danza, recreando de alguna manera la función catártica atribuida a la danza en la antigüedad.

    Su trabajo coreográfico y pensamiento son considerados como parte de la corriente artística llamada el expresionismo alemán y su práctica recibe el nombre de “danza de expresión” o “Ausdrückstanz” (en Alemán). Estas obras son recordadas por su carácter trágico y oscuro, y descritas como piezas introspectivas que revelan estados de ser interiores vibrantes, vitales, excitados y pasionales. Su obra más famosa se titula “Hexentanz” (La bruja).

    También se comprometió con la misión social y educadora del coreógrafo, creando varias escuelas y transmitiendo su legado artístico. Entre sus discípulos reconocidos se encuentran Harald Kreutzberg, Gret Paluca, Kurt Joos y Hanya Holm, quien llevaría sus ideas a Estados Unidos.

    Wigman influencia a toda la corriente alemana durante las décadas de 1920 y 1930 y el período que sigue a la segunda guerra mundial.

    Loïe Fuller (EE.UU., 1862 – 1928) es recordada por ser la autora de cientos de obras escénicas en las cuales exhibe experimentos innovadores donde mezcla iluminación, elementos escénicos (grandes telas) y danza.

    Iniciada en su país natal en el ámbito de los espectáculos de music hall, no tenía conocimientos de danza clásica como la mayoría de los pioneros norte americanos de la danza moderna, logró un gran éxito en Europa (especialmente en París), donde causa gran influencia y marcó las tendencias artísticas y modas de la época.

    Está reconocida como la primera bailarina moderna en términos cronológicos (ya tenía éxito mientras Rudolph Laban apenas está estudiando) y por su gran aporte en cuanto a las posibilidades de crear ilusiones escénicas gracias al uso de la energía eléctrica.

    La historia de la danza moderna describe a Isadora Duncan (EE.UU., 1878 – Francia, 1927) como una figura emblemática de la libertad, no solamente porque se niega a seguir una educación académica en danza, sino también porque tiene la valentía de romper tradiciones de la danza y códigos sociales con sus propuestas estéticas.

    Construye su pensamiento estudiando otros lenguajes artísticos o campos ideológicos (como la poesía, la escultura, la música y la filosofía). En algún momento afirmó: “mis profesores de danza son J.J.Rousseau, Walt Whitman, y Nietzche”.

    Una característica marcada de su método creativo es el uso de música clásica como fuente de inspiración, de la cual ella traduce sus emociones. Su danza también es influenciada por las figuras dibujadas en vasijas griegas de la antigüedad.

    Marca el nacimiento de otro tipo de danza, que sería la consecuencia de un movimiento interior del bailarín. Al mismo tiempo, encarna un nuevo espíritu de liberación de las convenciones y una idea de la danza como una expresión de la divinidad albergada en cada ser humano. Su aporte no es considerado tanto en términos de una técnica de danza sino sobre todo por lo que su trabajo significa para el proceso cultural de ampliar las mentalidades.

    Desde la perspectiva artística, ella actúa de acuerdo con algunos de los llamados ‘principios de la danza moderna’, como el de inventar un lenguaje gestual y adaptar el movimiento al proyecto artístico. Es recordada principalmente por su apoyo a la liberación de códigos convencionales que restringen el cuerpo (y especialmente el cuerpo femenino) como un hecho general de la sociedad de la época.

    Ruth Saint Denis (EE.UU., 1877 – 1968) es reconocida principalmente en los Estados Unidos. Es la hija de una de las primeras mujeres admitidas en la Universidad, feminista y aficionada a métodos curativos alternativos. Crece en un ambiente ideológico de religiones orientales, que se verá reflejado luego en sus producciones coreográficas.

    Tras iniciarse en el método de Delsarte, su madre la empuja a la escena para sostener a la familia. De esta manera comienza creando music halls en Nueva York.

    Saint Denis también tiene su propio discurso místico y filosófico. La bailarina femenina es para ella como una sacerdotisa, lo cual contrasta con el prejuicio de la época según el cual la bailarina es una mujer de poca virtud. La danza es, para Saint Denis, un medio de reunificación con lo divino.

    Ya siendo famosa, conoce a Ted Shawn, quien será su compañero en la fundación de la escuela y compañía DENISHAWN (Los Ángeles, 1915 – 1931) que ofrecía un programa ecléctico de cursos, desde yoga y religiones orientales hasta los métodos de Delsarte y Dalcroze. Algunos de sus profesores son Lester Horton, Michio Ito y Louis Horst.

    Figuras importantes de la historia de la danza moderna como Doris Humphrey, Charles Weidman, y Martha Graham, también reciben sus enseñanzas y participan en las actividades de la compañía.

    Las obras coreográficas de la Denishawn son recordadas por sus formatos grandes y espectaculares, con escenografías elaboradas y el desarrollo de lo que Saint-Denis llama “visualizaciones musicales”. Éstas últimas son representaciones danzadas de la música y son consideradas como un primer intento de abstracción coreográfica.

    En 1931, después de la disolución de la escuela y compañía Denishawn, Ted Shawn (EE.UU., 1891- 1972) continúa su carrera coreográfica de manera independiente.

    Funda la primera compañía de la historia compuesta únicamente por varones y hace giras alrededor de los Estados Unidos (visitando universidades especialmente) que atraen a mucha gente joven de un nivel intelectual elevado.

    Shawn, inspirado en Delsarte, combate el prejuicio del bailarín afeminado. Educa varones que se ven como atletas musculosos, creando una imagen de un bailarín deportivo y masculino.

    También funda un centro coreográfico: El Jacob´s Pillow (Massachusetts), que aún hoy es un lugar importante para la danza, tanto por su oferta educativa como por su festival de danza.

    Doris Humphrey (EE.UU., 1895 – 1958) se incorpora la Denishawn en 1917, después de ser ya profesora de danza en su provincia de origen. Trabaja para Saint Denis tanto como bailarina y profesora y participa en las giras de la compañía por América y Asia hasta 1926.

    Es al interior de la Denishawn que Humphrey se asocia con Charles Weidman y la pianista Pauline Lawrence para crear la compañía Humphrey – Weidman (1927 – 1944). Sus producciones artísticas son recordadas como sobrias, comparadas con los despilfarros comerciales y espectaculares de Saint Denis. Además, Charles Weidman contribuye en ellas con un sentido teatral, utilizando la pantomima y el humor.

    Humphrey desarrolla una técnica de danza original a partir de la observación de la relación entre el cuerpo humano y la gravedad. Establece un principio físico fundamental: La caída-recuperación. Esta noción se representa en su frase célebre “el movimiento se sitúa en un arco tendido entre dos muertes”: el equilibrio vertical y el equilibrio horizontal.

     

    Además de ser la primera en la historia de la danza moderna en escoger el desequilibrio como la base para su movimiento, también enseña nociones importantes (en tanto recursos técnicos) como el peso, el rebote, la suspensión y la importancia de la respiración.

    Otro de sus aportes es la comprensión del grupo que baila como una entidad coreográfica principal y no simplemente como una masa en contrapunto a un solista. La obra llamada “Water study” (1928) es un ejemplo de sus experimentos grupales.

    Humphrey también se interesa por temas políticos y sociales, que refleja en obras como “The Shakers” (1931), “Theater piece” (1936) o “Inquest” (1944).

    En 1944 se retira como bailarina debido a un padecimiento de artritis y se une a José Limón como directora artística de su nueva compañía.

    Deja un patrimonio escrito acerca de su pensamiento coreográfico en un libro titulado “El arte de componer una danza”

    José Arcadio Limón (México, 1908 – EE.UU., 1972) es quien difunde la técnica de Humphrey en Europa. Aunque ese conocimiento es reconocido con su nombre, él siempre insiste en que la innovadora es Humphrey y él es simplemente el actor.

    A pesar de ello, Limón tiene sus propios intereses coreográficos y trabaja sobre temas sociales. Expresa una consciencia acerca del estado de la humanidad, en obras dramáticas y trágicas sobre temas históricos de su contexto natal. Algunos ejemplos de esto son obras como “La Malinche” (1949), “Carlota” (1972) y “La Pavana del Moro” (1949).

    Su debut en 1947 le merece el título de mejor bailarín masculino del momento, según el New York Times. También consigue el éxito en Europa, con una primera presentación en París en 1950.

    Martha Graham (EE.UU., 1894 – 1991) ingresa en la escuela y compañía Denishawn en 1916 y se convierte en su discípula más famosa. En 1923 se muda a Nueva York, donde participa en music halls y comedias musicales, al mismo tiempo que trabaja en solos de danza en su estudio.

    Desarrolla su propia técnica de entrenamiento, la cual alcanzará un éxito mundial hasta nuestros días. Estos son algunos de sus principios:

    • Concentración en el «centro» del cuerpo.
    • Coordinación entre la respiración y el movimiento.
    • Relación con el piso.
    • Alternancia entre dos intenciones de movimiento: “contracción y relajación”.

    Graham crea un vocabulario coreográfico original, enfocado en los movimientos de la pelvis. Privilegia esta parte del cuerpo como zona de expresión de la libido femenina. También proclama la idea de que la danza trabaja sobre una memoria ancestral.

    Su compañía es exclusivamente femenina hasta 1938 y ella se mantiene activa como coreógrafa durante más de sesenta años. Se han determinado cuatro ciclos estéticos de su producción, para comprender mejor su obra: el ciclo oriental, el primitivo, el americano y el griego.

    Sus obras también reflejan el ambiente americano del momento, a través de su búsqueda de una identidad, la exaltación del espíritu pionero, la lucha contra el puritanismo y el seguimiento de una espiritualidad mística.

    Figuras como Louis Horst, Erick Hawkins, Isamu Noguchi y compositores como Aaron Copland o Samuel Barber se encuentran entre sus colaboradores.

    En 1984, la compañía de Martha Graham ya es reconocida mundialmente, hasta el punto de ser invitada por Rudolph Nureyev a la ópera de París.

    Muere en Nueva York en 1991, y deja como legado la Martha Graham Dance Company and School.

    Otras personalidades menos mencionadas, pero no menos importantes como Alvin Ailey, Alwin Nikolaïs, Kurt Joos, Harald Kreutzberg, Oskar Schlemmer, Louis Falco, Lester Horton, Paul Taylor, Twyla Tharp, Murray Louis…

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